En marzo de 2016 surgió el Grupo Técnico de Medio Ambiente y Crecimiento Verde de la Alianza del Pacífico, con el objetivo de construir un espacio de diálogo sobre esos temas den el marco de la alianza, sino también, con el fin de, desarrollar y poner en marcha una agenda que impulse la sustentabilidad, tomando en cuenta las características y realidades propias de cada país.
La demanda energética global tiene una tendencia alcista, se estima que el consumo de energía en el mundo se duplicará hacia el 2050. Actualmente se consume cinco veces más energía que en 1950, en los últimos 70 años este crecimiento ha sido exponencial.
La generación de energía limpia, accesible y suficiente es una condición necesaria para que las naciones alcancen el desarrollo de manera sustentable. ¿Cuál es la situación actual de la generación de energía en la Alianza del Pacífico? ¿Cuáles son los retos y las oportunidades del sector? ¿Cuáles son las tendencias en la producción y consumo de energía?
El auge de la economía digital impulsa la demanda energética primordialmente eléctrica, según el último Global Energy Perspective 2019, de la compañía de datos y análisis McKinsey Energy Insights (MEI). El consumo eléctrico ha crecido tres veces más rápido en relación al consumo total de energía desde 1970, con proyecciones de este sector energético hacia mitades de siglo XXI, que apuntan a una transición de las energías renovables y el uso en menor escala de gas natural y de carbón.
Esta tendencia mundial, que se centra en el uso de electricidad preferentemente de renovable, llamada la cuarta revolución industrial, ubica a los países miembros de la Alianza del Pacífico en un proceso de transición: desde los hidrocarburos hacía el mundo del sector eléctrico lo que abre un amplio espacio para la inversión. Así por ejemplo, en Chile, en el año año 2019, hay 14 proyectos de obras nuevas que representan una inversión de 288,6 millones de dólares (mdd) además de 42 proyectos de obras de ampliación con inversión de 119,6 mdd. Para el período que va de 2020 a 2024, las licitaciones se concentran en 49 proyectos de nuevas obras con valor de 2,126 mdd adicionales a los 161 proyectos de ampliación con valor de 541,6 mdd.
En un análisis de la evolución de la matriz energética de Chile de 2007, se mostraba que el uso de la energía térmica representaba el 59%, el 38% hidráulica convencional y sólo el 3% de energías renovables no convencionales (ERNC). Sin embargo, al mes de marzo 2019, la matriz advierte un cambio importante: aun predomina el uso de energía térmica en un 53%, secundada por la hidráulica, para finalmente observar el aumento significativo de las ERNC con un 22%. El objetivo es que para el año 2050, la matriz refleje un 70% de las ERNC y sólo el 30% el resto de las energías. Del mismo modo se plantea que para el 2040 el uso del carbón neutral represente el 100%. Junto a ello, habrá que considerar el potencial en la generación de energía solar y geotérmica, sobre todo en el norte del país. Las dificultades están en la en la geografía, que limita al sector de la transmisión obstaculizando la construcción de redes.
Colombia tiene una marco legal de reciente creación (2014), “por medio del cual se regula la integración de las energías renovables no convencionales al Sistema Energético Nacional”. Actualmente, el noreste del país concentra la mayoría de los proyectos de generación de energías renovables con 546 registros, en diferentes fases de ejecución. Esta diversificación de las fuentes de energías pretende generar: 9.982,58 MW con energía solar, 5.055,85 MW eólica, 4.026,44 MW hidráulica y 441,56 MW biomasa.
En México, durante la última década, la Inversión Extranjera Directa (IED) en el sector energético con un valor de 38.079 mdd, representa el 6.9% del total de la IED. Se han instalado 226 centrales de operación para la generación de energía eléctrica a través de fuentes renovables. La proyección de capacidad instalada para el periodo 2021-2030 predice un incremento de 19.511 a 43.718 MW, de los cuales, 32.6% corresponde a fuentes de energía hidráulica y 39.4% a eólica. En el periodo 2010-2016, este sector aglutinó 72 proyectos de IED, de los cuales 28 provienen de inversión española: 9.496,5 mdd, 398 empresas y más de 30.000 empleos. Otros inversores son: Estados Unidos, Italia, Reino Unido, Alemania y Francia.
Dentro de las fortalezas de México, hay que considerar su experiencia en el sector automotriz y eléctrico con una plataforma especializada de infraestructura que favorece la generación de energías renovables como la geotérmica, donde el conocimiento integral desde la fase de exploración hasta su producción, arroja una ventaja competitiva: un potencial crecimiento que actualmente se encuentra al 13% de su capacidad instalada.
Finalmente, Perú atraviesa un superávit energético: un crecimiento anual de 7% y una cartera de proyectos para el periodo 2019-2021 con un valor de 1.383,79 mmd. Su matriz de generación eléctrica para 2018 concentraba el 56% en energía hidráulica, 46% en energía térmica, 3% en energía eólica y sólo un 1% en energía fotovoltaica. Entre el 40 y 50% del consumo energético se concentra en el sector minero, con 48 proyectos a desarrollar entre 2018 y 2022. La norma de generación distribuida es para Perú un factor dinamizador de recursos de energías renovables. Este proyecto de autogeneración incentiva a los consumidores a la producción de su propia energía a través de las tecnologías de energías renovables y posterior venta en mercados específicos, planteando la inyección de excedentes al sistema de distribución; favoreciendo el modelo actual de negocio.
Este panorama refleja el compromiso de los países miembros de la Alianza del Pacífico en su apuesta hacia el uso de energías renovables de cara a los retos del presente y del futuro.